Cap 2

-Samantha despierta- Escuché la voz de una mujer que me resultaba familiar.
"-Bill-" Era lo unico en que pensaba. Esa carta, lo que me dijo y el gran apollo que siempre me dio durante esa semana.
Realmente, con el, podia morir feliz y en paz. Simplemente creí averme enamorado de él.

-¡Samantha! Mujer ya es tarde - La voz firme, que ya era reconocible.

Abrí despacio los ojos para ver la cara de mi mejor amiga que me estaba despertando para que fueras a comprar. Se me había olvidado completamente que hoy saliamos.

-Akari. ¿Qué hora es?- Dije apenas tratando de desacer el sueño que aun tenía.
-No estoy segura, llevo un buen rato aquí tratando de despertarte. Deben ser como las 11-
-Voy en seguida. Esperame abajo - Le dije, para luego pararme de la cama.

Akari se fue y me quede mirando al espejo de cuerpo entero que habia a un lado de la cama. Cuanto habia crecido, demasiado. Habían pasado casi tres años desde mi operación, desde que no veía a Bill.
Ahora me preguntaba donde podria estar.

Mientras me vestia recordaba lo que había pasado ese día, cuando me digeron que había un corazon que solo era compatible conmigo y que sería hoperada esa tarde. Desde ese mismo segundo no ví ni supe nada de Bill.

Ya lista, baje donde Akari que conversaba con mi madre, les dí una sonrisa y me despedi de mi madre para salir, practicamente corri, para irnos.

Hibamos camino al centro comercial hacer las compras de ultimo minuto para la escuela. Durante el transcurso solo hubo silencio de parte de las dos. Varias veces sentí la mirada de Akari en mí, pero solo las ignore.

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-¿Estás bien? Has estado todo el santo día rara -Pregunta mi amiga mientras saboreaba su helado de vainilla
-No es nada. Enserio estoy bien - Dije tratando de formar una sonrisa.

En todo este tiempo, nunca había soñado con aquellos días, a veces solo lo recordaba, ya que no me gustaba pensar por lo que pase. Pero ese sueño o extraño recuerdo me dejo rara.
No sabía que me pasaba realmente pero por más que tratara de actuar normal no surgia efecto.

-Ok, no estoy segura de que dices la verdad. Pero animate. Entraremos a la escuelo, ya nos queda poco tiempo y veremos a los demas. Y esperemos que encuentres algún amor, ya que los años anteriores solo rompiste corazones. -Di un suspiro y dí una pequeña carcajada.

-Eso espero yo tambíen. - Al decir eso no pude evitar pensar en Bill. La verdad que no sé si lo que senti por el fue agradecimiento, admiración o realmente algo más. Pero la imagen de él no se me hiba de la cabeza.

-Vamos, aún nos falta comprar algunas cosas, así que deja eso ahí y vamonos - Dijo y me tomo de la mano sacandome de ahí y botando el helado al suelo.

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Llegue a la casa, cansada y con ganas de recuperar el sueño de la mañana. Mi madre me preparo algo para comer mientras yo me introducia a la bañera.
Trate de solo estar un rato, ya que me podia quedar dormia de lo relajante que era.
Sentí un ruido extraño de mi cuarto, no me hice la preocupada y solo pense que podia ser mi mamá o tal vez mi padre, aúnque ellos saben que no me gusta que entren ahí.

Entre a mi habitación e inpeccione todo, parecia estar todo normal. Excepto por un detalle que al rato después me habria dado cuenta.
Me levante a mitad de la noche para descubrir que era esa extraña sombra que habia en mi ventana, me acerque de lo mas normal y ví, como una fragil, perfecta y extremadamente hermosa rosa blanca estaba en la esquina de la ventana.

Sonreí instantaneamente, no me preocupe por saber quien la habia dejado ahí, solo me sente en la cama a admirar la perfeccion de aquella rosa durante toda la noche.